No me canso de insistir en la importancia que tiene escuchar cada vez que nos ponemos con un nuevo proyecto. A veces, la ansiedad por cerrar un negocio e intentar convencer al potencial cliente hace que solo nos autoescuchemos y no paremos de hablar para intentar convencerle de que nuestro producto o servicio es el mejor o lo que necesita.
Y no solo se trata de escuchar. Los viajes mejor aprovechados han sido aquellos que me han permitido observar un producto, sentir un lugar o conocer una empresa con la que iba a comenzar a trabajar…
¿Qué busco en el silencio? Aquel elemento diferencial que me permita generar la ventaja comparativa para posicionar ese producto, servicio o empresa en el mercado.
Porque por muy saturado que esté un sector, por muchas desventajas que acompañen a un producto o por muchos inconvenientes que presente un servicio… siempre, siempre podemos descubrir algo que nos sirva de apoyo para nuestra estrategia de ventas.
Solo observa, siente, escucha… y lo encontrarás.