Hablando de Economía… leía hace un par de días un artículo sobre la nueva tendencia del mercado de trabajo que ante el panorama económico que tenemos no le está quedando más remedio que: «adaptarse o morir…»
Sí, como mis clientes, pero en este caso aplicado al mercado laboral.
Comparto las palabras que Tino Fernandez recogía en su artículo: «Debemos empezar a hacernos a la idea de que tener un buen trabajo y mantenerlo durante mucho tiempo, disfrutando de la estabilidad a la que siempre hemos aspirado, se está empezando a acabar». No me gusta ser alarmista, pero no debemos de dar la espalda a esta realidad: con la combinación de avances tecnológicos y la deslocalización de recursos y procesos productivos el mercado de trabajo lleva ya varios años en proceso de cambio y «para sobrevivir» no nos queda más remedio que «adaptarnos al cambio».
Aunque en nuestro día a día no lo apreciemos, el ritmo es frenético: nuevas preferencias sociales por nuevas profesiones, perfiles que se modifican a gran velocidad, profesiones que aunque no desaparecen totalmente sí se modifican y adaptan a las nuevas tendencias sociales, culturales, tecnológicas y económicas…. Con todo esto, los trabajadores nos vemos obligados a readaptarnos. Con lo cómodos que estábamos y con lo que cuesta aceptar el cambio!!
Las repercusiones a nivel personal son tremendas: los adultos sufren por el cambio brutal de paradigma (tras ser educados en la idea del «trabajo para siempre») mientras que los jóvenes se ven sorprendidos por la dureza de una realidad para la que no les había preparado su educación.
Es el cambio de paradigma a todos sus niveles (tecnológico, social, económico y cultural) lo que lleva a la indignación. Pero ante tal situación no podemos quedarnos en la queja constante. La solución está en la innovación, en el desarrollo de nuevos modelos de actuación no sólo a nivel laboral sino también personal. Es lo que nos toca: aprender a marchas forzadas, inventarse y reinventarse de nuevo.
O por lo menos, intentarlo.
