Soy de las que piensa que el lujo sí sabe de crisis y no se mantiene impasible frente a los estragos económicos que todas las economías están sufriendo.
Partiendo de esta premisa y de que el consumidor con mayores rentas también se lo piensan dos veces a la hora de consumir, os comento cómo veo yo la estrategia de las principales campañas de comunicación lanzadas esta temporada por las marcas de moda-lujo (ya sabéis que mañana participaré en la Fashion´s Night Out de Madrid).
Tras una campaña de Primavera/Verano nefasta, las firmas no han necesitado más tiempo para comprobar que el lujo también llora la «crisis» y, conscientes de que sus clientes en vez de dos artículos que demandaban antes ahora sólo compran uno, han decidido apostar por valores seguros para sus campañas publicitarias recurriendo a rostros de modelos que resulten familiares a su clientela y que a su vez, evoquen a los tiempos felices que corrían con la moda en los años noventa.
Así, Claudia Schiffer y Naomi Campbell se desnudan para D&G junto a la eterna Wonderbra Eva Herzigova , Madonna se viste de «conejita» con Jacobs para Louis Vuitton, Tatjana Patitz desfila para Hermés, Karen Elson para Chanel…
En fin, dos décadas después la industria de la moda recurre (curiosamente al igual que el sector bancario) a reforzar la confianza de su hasta ahora «fiel» clientela con campañas protagonizadas por maduras y seguras mega-modelos de los 90 que tanta expectación levantaron en su momento.
Quién les iba a decir…
