El cuento de la Web 2.0

¿Qué tal si hoy os cuento un cuento?… Lo llamaré «El cuento de la Web 2.0«:
Érase una vez, hace diez años, a raíz de los cambios tecnológicos que estaban aconteciendo, cinco personas iniciaban una conversación en Internet tratando de explicar y entender cómo debería constituirse y formarse un nuevo enfoque de la relación entre empresas y clientes .
A partir de esa conversación nació un Manifiestro y 95 tesis que forman su base. Todas ellas partían de una misma premisa: «los mercados se componene de conversaciones«.
Este manifiesto, conocido como El Manifiesto de Cluetrain (visto en anteriores post) supuso un cambio en la forma tradicional de entender la comunicación entre empresa y mercado. Con un enfoque centrado en personas, en el mensaje por encima de la imagen, en la experiencia por encima de los productos… define cómo las empresas, conversando con sus clientes, son capaces de ofrecer una respuesta adecuada a sus necesidades.
Años más tarde, un señor llamado Tim O´Reilly, dió un empujón a todas estas tesis, cuando buscando un nombre para una conferencia relacionada con los nuevos modelos y formas de trabajar en Internet, creó el concepto de Web 2.0.
Pero…¿y qué es la Web 2.0?- se preguntaban empresas, clientes y mercados. Pues bien, es aquí cuando nace ConversActiva con el fin de ayudar a las empresas a entender y desarrollar éste termino tan «in» pero poco definido.
ConversActiva propuso olvidarse del término 2.0 en sí y empezar a pensar en tendencias, movimientos, relaciones… ¿Qué os parece si empezamos a pensar en una transición hacia una nueva forma de entender y usar Internet, que implica nuevas relaciones, nueva comunicación, nuevos modelos de negocio…? Una Red basada en comunidades de usuarios, con una gama especial de herramientas a su disposición que fomentan la colaboración y el intercambio ágil de información entre usuarios.
Surge así un nuevo modelo relacional empresa-cliente en el que los mercados son conversacionales y las empresas deben ser uno más, escuchar, hablar, mostrar interés; y, por otro, los clientes, agrupados y participando, creando y compartiendo conocimientos, añadiendo valor a través de la generación de contenidos
El cuento sigue, y evolucionará. De momento, nos quedamos en este nuevo escenario con una nueva forma de experimentar, compartir, relacionarse y comunicar que implica un cambio imprescindible en las organizaciones. Por eso, es ahora cuando entra en acción el protagonista principal de este cuento:.
Porque, decides cuando empiezas.
Continuará… 😉
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