Asistía la semana pasada a las jornadas sobre Protección de la Innovación organizadas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Temática muy interesante para mi en estos momentos por los proyectos en curso que tenemos de start-ups con base tecnológicas. Estas empresas diseñan nuevas ideas para solucionar necesidades o problemas en sus mercados y nosotros les ayudamos a poner en marcha esas ideas y a comercializarlas.
Siempre que se trate de empresas de base tecnológica a las que les surge la oportunidad en el mercado bien de satisfacer una necesidad no cubierta o bien de corregir algún fallo de mercado, es decir, algún problema no resuelto que pueda presentar un producto o servicio, lo primero que hay que hacer con respecto a la protección industrial es, como en todo, no comenzar la casa por el tejado para evitar gastos de recursos económicos, humanos y tiempo innecesarios.
Y aunque esto parezca obvio, quiero resaltarlo y es motivo de publicación de este post porque precisamente tengo clientes que, cuando han venido a presentarme su nueva idea para lanzarla al mercado pensando que iba a ser una innovación emprearial… sorpresa! La idea no solo ya existía, sino que ademas ya estaba patentada.
Vamos por tanto a seguir unos pasos básicos cada vez que tengamos una idea innovadora a la que queremos sacar rentabilidad.
Lo primero una vez detectada la oportunidad de mercado, llevar a cabo un exhaustivo estudio en las bases de datos de patentes para detectar si la idea que quiero desarrollar ya existe y ha sido registrada por un tercero.
Lo primero una vez detectada la oportunidad de mercado, llevar a cabo un exhaustivo estudio en las bases de datos de patentes para detectar si la idea que quiero desarrollar ya existe y ha sido registrada por un tercero.
Fundamental esta primera fase para evitar perdidas de tiempo y de recursos en investigación que finalmente no nos llevara a nada si ya ha sido patentado.
Una vez hechas las comprobaciones oportunas, si existe realmente un hueco en el mercado para nuestra idea, el siguiente paso será solicitar la patente, antes incluso de tenerla desarrollada. El motivo: puesto que el periodo para aprobar una solicitud es bastante considerable, evitaremos así que mientras ponemos en marcha nuestra innovación, un tercero que haya podido detectar la misma oportunidad de negocio, se nos adelante con su solicitud.
Por último, la recomendación de ponernos en manos de expertos profesionales en el tema para la redacción de la descripción técnica de nuestra idea. Solo así nuestra innovación estará protegida de posibles artimañas de terceros y seremos capaces de rentabilizar todo el esfuerzo y la inversión realizada en nuestra idea empresarial.