Cuando Marta, mi compañera de alemán, me mandó un whatsup preguntando si estaba en la Universidad, me sorprendió bastante. Viernes, después de exámenes, del «Jueves Lardero», con pregón de Carnaval incluido y cuando ninguno de mis alumnos se habían presentado en clase (como era de esperar…), me pregunté: ¿qué hace esta chica por aquí??
Yo llevaba tiempo convenciéndola para que se apuntara a mi Curso COMEX…jeje pero, siendo bióloga, pocas esperanzas me quedaban de que ese pudiese ser ese el motivo.
La razón era realmente importante: tras varios meses buscando trabajo y, tras haber seleccionado su currículum una empresa de la zona, se habían puesto en contacto para concertar una ENTREVISTA de manera inmediata. Necesitaba, de manera urgente, una sesión de Marketing Personal.
Mi compañera estaba «atacada», pero lo que me preocupó fue que la encontré demasiado insegura. Así que no lo pensé dos veces y nos pusimos en ese mismo momento con una improvisada sesión de «Coaching Profesional«.
Eso sí, los objetivos los teníamos muy claros:
Qué queríamos conseguir.
Cómo podíamos conseguirlo.
Es cierto que cada persona es un mundo y que, en función de nuestra situación personal y profesional (formación, experiencia, apariencia física, habilidades, debilidades…) el asesoramiento puede ir en una u otra dirección.
No obstante, por si os puede servir, aquí dejo algunas de la principales pautas que estuvimos repasando y que todos deberíamos analizar e incluso interiorizar a la hora de afrontar una entrevista de trabajo:
PRIMERO: CONFÍA EN TI
Teniendo en cuenta cómo está ahora el mercado de trabajo, cuando nos selecciona una empresa, significa que hemos superado a un número importante de oferentes. Por tanto, debes considerar que realmente tienes posibilidades de conseguir finalmente el trabajo.
Por otro lado, no dudes de tu capacidad para desarrollar el trabajo encomendado. Tienes una formación académica o una experiencia laboral que te hacen apt@ para ese puesto. Confía en lo que has estudiado, confía en lo que has aprendido mientras hacías prácticas, becas o has estado en otra empresa.
SEGUNDO: DEMUESTRA LO QUE SABES
No des por hecho que tu interlocutor conoce lo que sabes. Demuéstraselo! Si te pregunta por el tiempo…no le cuentes tu vida profesional. Pero, en el momento que te pregunte por ella, tienes que ir a saco! De principio a fin, explicando lo más relevante que has estudiado, practicado, trabajado… Todo.
Los entrevistadores quieren localizar a «expertos» en su campo. Demuestra que tú lo eres.
TERCERO: SÉ TU MISM@
La naturalidad es lo que más convence. Las empresas buscamos gente en la que podamos confiar, independientemente del puesto o del departamento. Cuanto más transparente y real se muestre un/una candidat@, mejor impresión nos transmitirá aumentando las probabilidades de que sea nuestr@ elegid@.
Y para conseguir ser naturales, lo mejor es sentirse bien. Una buena preparación, sentirte cómod@ con tu imagen y saber que, si no es en esta ocasión, no ocurre nada porque muchas otras se presentarán, es lo que más puede ayudarte a conseguir ser tú mism@ y dar lo mejor.
CUARTO: TU IMAGEN SÍ CUENTA
Y cuando hablo de imagen, me refiero no solo a la ropa que vas a llevar en tu presentación. Tu actitud, tu predisposición, tu capacidad de escuchar, el control de la situación… Todo comunica, por lo que debes considerarla antes de afrontar la entrevista.
En cuanto a la actitud:
Seguros de nosotros mismos: tenemos la formación, capacidad y experiencia suficiente para cubrir ese puesto.
En cuanto al look elegido:
La primera impresión, o las primeras centésimas de segundo en las que vemos por primera vez a una persona, condiciona nuestra predisposición hacia ella. Por tanto, quieras o no, el modelo que elijas para presentarte debes igualmente estudiarlo.
Pero atención! Elegir el look no significa tener que ir con traje y corbata… Debemos diferenciar teniendo en cuenta el puesto que vamos a ocupar. No es lo mismo asistir a una entrevista como posible responsable de marketing que como responsable de calidad o laboratorio. En el primer caso, puedes buscar un look que se ajuste a las últimas tendencias, cool y chic, mientras que en el segundo (que era el caso de mi compañera), lo que debes vender es: precisión, orden, concentración…
Todos los detalles, desde el recogido del pelo hasta el aspecto de sus uñas y, por supuesto, el modelo y calzado elegido para la ocasión fue repasado para que resultase impecable de acuerdo al puesto al que se iba a presentar.
Una observación: ¿de qué color son las batas que los responsables de calidad llevan en los laboratorios de la empresa? Si eres capaz de identificarlo, no dudes en vestir una camisa (elemento más identificable con una bata) y, por supuesto, del mismo color. El objetivo era que, mientras hacía la entrevista, el responsable la pudiese visualizar en ese mismo momento como una colaboradora más del laboratorio.
QUINTO: CONTROLA LA SITUACIÓN
Controla tus nervios o la posible tensión que puede suponer estas situaciones tan estresantes. Lo mejor es tener claro que, si en esta ocasión no hay suerte, no pasa nada. Muchas otras posibilidades te esperan y tarde o temprano alguna llegará.
Recuerda: sólo depende de ti. De tu esfuerzo, de tu empeño, de moverte, de volverlo a intentar, de no acomodarte, de no quejarte…puedes conseguirlo si realmente le echas ganas.
Así que tranqui, si no es esta vez, muy pronto otra llegara! Y suele ocurrir que, en el momento que te llama una empresa… otras que tenías olvidadas vuelven a contactar!
SEXTO: PREPARA LA ENTREVISTA
Siempre insisto a mis alumnos de la Universidad cuando tienen que hacer en los seminarios las exposiciones de sus trabajos: la preparación de una presentación, de un proyecto, de una conferencia… es la clave del éxito.
Por tanto, dedica tiempo a:
– Informarte sobre la empresa: productos, mercados, ventajas competitivas, misión/valores/visión…
– Informarte sobre las funciones en el departamento: en relación con el tipo de producto o servicio con el que vayas a trabajar.
– Informarte sobre las condiciones laborales de su sector. Salario medio, horarios, extras… te permitirá negociar con mayor seguridad y sabiendo en el terreno en el que te mueves.
Espero que estas breves orientaciones que seguimos con mi compañera os puedan servir a la hora de preparar una entrevista profesional.
No obstante, insisto: cada caso particular necesita una perspectiva diferente.
Por lo que en este caso respecta solo me cabe decir a mi compañera:
Enhorabuena Marta.
Te lo has ganado! 😉
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